28 Febrero 2020
La respuesta de la palabra de Dios:
Entender la palabra de Dios no es tan simple. Sólo porque puedas dar una bella explicación literal de la palabra de Dios no significa que la entiendas. Independientemente de cómo interpretes la parte literal de la palabra de Dios, sigue siendo la imaginación y la forma de pensar del hombre, ¡y es inútil! ¿Cómo debería interpretarse la palabra de Dios? ¿Cómo debería entenderse la palabra de Dios? La clave para entender la palabra de Dios es comprender Su palabra desde dentro de Su palabra. Cuando Dios habla, es indudable que nunca lo hace con meras generalidades. Dentro de cada frase hay un contenido detallado que con seguridad se revelará más en la palabra de Dios, y que puede expresarse de una forma diferente. El hombre no puede comprender las formas en que Dios expresa la verdad. La palabra de Dios es muy profunda y la forma de pensar del hombre no puede penetrar en ella. Las personas pueden descubrir el significado completo de cada aspecto de la verdad siempre que hagan el esfuerzo, y los detalles restantes se rellenan por completo cuando el Espíritu Santo esclarece tu entendimiento respecto a las situaciones concretas a través de la experiencia. Una parte consiste en entender la palabra de Dios a través de Su palabra y encontrar el contenido específico de Su palabra. Otra parte es entender las implicaciones de la palabra de Dios a través de la experiencia de la misma y la obtención del esclarecimiento del Espíritu Santo. Por medio de estas dos formas se logra un verdadero entendimiento de la palabra de Dios. Si interpretas por medio de la letra de la palabra o de las imaginaciones de tu propia forma de pensar, tu entendimiento no es verdadero, aunque puedas interpretarlo con la mayor elocuencia. Si no lo haces correctamente, incluso sacarás el sentido fuera de su contexto y malinterpretarás la palabra de Dios, y esto es más problemático aún, ¿verdad? Por tanto, la verdad se obtiene principalmente a través del esclarecimiento proporcionado por el Espíritu Santo cuando llegas a conocer la palabra de Dios. La verdad no se obtiene de un mero entendimiento o interpretación de la letra de Su palabra. Si ésta sólo se interpreta de forma literal, ¿de qué sirve el esclarecimiento del Espíritu Santo? ¡En este caso podría funcionar cierto nivel de educación, y los incultos se verían en un aprieto! El cerebro humano no puede comprender la obra de Dios. Un entendimiento verdadero de la palabra de Dios depende, principalmente, del esclarecimiento del Espíritu Santo; así es el proceso de obtener la verdad.
de ‘Cómo conocer la naturaleza del hombre’ en “Registros de las Pláticas de Cristo”
Dios dirige Su palabra a todas las personas. Si estás dispuesto a leerla, Él te esclarecerá, pero si no es así, Él no lo hará. Dios esclarece a los que tienen hambre y sed de justicia, y a los que lo buscan. Algunos dicen que Dios no los esclareció incluso después de haber leído Su palabra. ¿Cómo fueron leídas las palabras? Si leyeras Su palabra como si admiraras las flores mientras galopas a caballo* y no le dieras importancia a la realidad, ¿cómo podría esclarecerte Dios? ¿Cómo puede alguien que no atesora la palabra de Dios ser perfeccionado por Él? Si no atesoras la palabra de Dios, entonces no poseerás la verdad ni la realidad. Si atesoras Su palabra, entonces serás capaz de practicar la verdad; es entonces cuando tendrás la realidad. Así que tienes que comer y beber la palabra de Dios sea cual sea la situación, sea que estés ocupado o no, sea que las circunstancias te sean adversas o no, y sea que estés siendo probado o no. Dentro de todo, la palabra de Dios es el fundamento de la existencia del hombre. Nadie puede alejarse de Su palabra y debe comer de Su palabra como si fueran las tres comidas del día. ¿Podría ser un asunto tan simple el ser perfeccionado y ganado por Dios? Bien sea que comprendas o no en el presente, o si has percibido algo referente a la obra de Dios, debes comer y beber más la palabra de Dios. Esto es entrar de una manera proactiva. Después de leer la palabra de Dios, apresúrate en poner en práctica aquello en lo que puedas entrar, y deja a un lado momentáneamente lo que no puedas. Puede haber mucho de la palabra de Dios que no entiendas al principio, pero después de dos o tres meses, e incluso quizá hasta en un año, lo harás. ¿Por qué es esto así? Esto se debe a que Dios no puede hacer completo al hombre en un día o dos. La mayoría de las veces, cuando lees Su palabra, puede que no la entiendas en ese momento. En ese instante, puede parecerte que no es más que simple texto; sólo a través de un período de experiencia es que eres capaz de entenderla. Dios ha hablado mucho, y por tanto debes hacer todo lo posible por comer y beber Su palabra. Sin darte cuenta, llegarás a entender, y el Espíritu Santo te esclarecerá. Cuando el Espíritu Santo esclarece al hombre, a menudo sucede sin que el hombre se dé cuenta. Él te esclarece y te guía cuando tienes sed y buscas. El principio a través del cual obra el Espíritu Santo se centra en la palabra de Dios la que comes y bebes.
de ‘La Era del Reino es la Era de la Palabra’ en “La Palabra manifestada en carne”
Crear un estilo como el de Pedro en la década de los 90 significa que cada uno de vosotros debería practicar la palabra de Dios, tener una entrada real en vuestras experiencias, obtener un esclarecimiento cada vez mayor en vuestra colaboración con Dios, y traer aún más de Su ayuda a vuestra vida. Si habéis leído mucho de la palabra de Dios, pero sólo entendéis el significado del texto sin un conocimiento de primera mano a través de vuestra experiencia práctica, no la conoceréis. En lo que a ti respecta, la palabra de Dios no es vida, sino letras muertas. Y si sólo te aferras a letras sin vida, no puedes entender la esencia de la palabra de Dios ni entenderás Su voluntad. El sentido espiritual de la palabra de Dios sólo se te abrirá cuando experimentes Su palabra en tus vivencias reales; sólo puedes comprender el sentido espiritual de muchas verdades en la experiencia y es únicamente a través de ésta que puedes descubrir los misterios de la palabra de Dios. Por muy clara que sea Su palabra, si no la pones en práctica habrás asimilado únicamente letras y doctrinas vacías, que se han convertido en leyes religiosas para ti. ¿No es esto, acaso, lo que hicieron los fariseos? Si practicáis y experimentáis la palabra de Dios, ésta se vuelve práctica para vosotros; si no buscas practicarla, entonces ella será poco más que la leyenda del tercer cielo para vosotros. De hecho, el proceso de creer en Dios es, para vosotros, el proceso de experimentar Su palabra y de que Él os gane; dicho de un modo más claro, creer en Dios es tener el conocimiento y el entendimiento de Su palabra, así como experimentarla y vivirla; esa es la realidad de vuestra creencia en Dios. Si creéis en Él y esperáis la vida eterna sin buscar practicar Su palabra como algo que tenéis dentro de vosotros, sois insensatos; es como ir a un banquete tan sólo para tomar nota de lo que hay para comer sin probarlo realmente. ¿Acaso no es insensata una persona así?
La verdad que el hombre necesita poseer se encuentra en la palabra de Dios, una verdad que es la más beneficiosa y útil para la humanidad. Es el tónico y el sustento que vuestro cuerpo necesita, algo que ayuda a restaurar la humanidad normal, una verdad con la que uno debería equiparse. Cuanto más practiquéis la palabra de Dios, con mayor rapidez florecerá vuestra vida; cuanto más practiquéis la palabra de Dios, más se aclarará la verdad. Conforme crezcáis en estatura, veréis las cosas del mundo espiritual con mayor claridad y seréis más poderosos para triunfar sobre Satanás. Gran parte de la verdad que no entendéis se esclarecerá cuando practiquéis la palabra de Dios. La mayoría de las personas quedan satisfechas simplemente con entender el texto de la palabra de Dios y con centrarse en equiparse de doctrinas sin experimentar su profundidad en la práctica; ¿no es éste el camino de los fariseos? ¿Cómo puede ser, pues, cierta para ellas la frase “La palabra de Dios es vida”? Sólo cuando la persona practica la palabra de Dios puede su vida florecer de verdad; ésta no puede crecer si se limita a leer Su palabra. Si crees que entender la palabra de Dios es lo único que necesitas para tener vida y estatus, tu entendimiento está deformado. Entender de verdad la palabra de Dios es algo que se produce cuando practicas la verdad, y debes entender que “sólo puedes entender la palabra de Dios cuando practicas la verdad”. Hoy, después de leer la palabra de Dios, sólo puedes decir que la conoces, pero no que la entiendes. Algunas personas afirman que la única forma de practicar la verdad es entenderla primero, pero esto no es más que una media verdad y no del todo precisa. Antes de tener conocimiento de una verdad, no la has experimentado. Sentir que entiendes lo que oyes no es lo mismo que entender realmente. Equiparte con la verdad tal como se ve en el texto no es lo mismo que entender su verdadero significado. Tener un mero conocimiento superficial de la verdad no significa que la entiendas ni que la reconozcas verdaderamente; el sentido real de la verdad viene de haberla experimentado. Por esta razón digo que sólo se puede entender la verdad y comprender sus partes ocultas, una vez que se experimenta. Experimentarla en profundidad es la única forma de comprender sus connotaciones, de entender su esencia.
de ‘En cuanto entendéis la verdad, debéis ponerla en práctica’ en “La Palabra manifestada en carne”